Acciones concretas para solucionar el problema de los niños migrantes pidieron representantes de la Alianza Nacional de Comunidades de América Latina y el Caribe (NALACC) en San Salvador.
“Es urgente” que Honduras, Guatemala, El Salvador y Estados Unidos respondan “a las implicaciones inmediatas que este desafío (de la migración de menores) presenta” para encontrarle una solución, dijo en conferencia de prensa el director ejecutivo de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas (NALACC), Óscar Chacón.
Chacón también solicitó que se sienten las bases para reponder a los problemas de mediano y largo plazo, ya que de no hacerlo “van a ser (...) simplemente el primero de muchos capítulos”, agregó.
Además, pidió más apoyo para los consulados de los países centroamericanos en Estados Unidos, con el fin de asistir de mejor manera a los migrantes.
Asimismo, solicitó un movimiento amplio para lograr que los menores se queden en EE.UU., algo que las autoridades migratorias estadounidenses han negado.
“Es importante luchar por soluciones que le permitan al colectivo de niños y de personas que han llegado en las circunstancias que lo han hecho en el último año (...) quedarse en EE.UU. bajo algún esquema de protección legal que les garantice la paz mental que no van a ser forzados a regresar a un país del que han huido”, agregó.
De acuerdo a la directora del Centro de Recursos Centroamericanos (Carecen), Lariza Dugan, existen varios factores estructurales en los países de origen que han generado el aumento de niños migrantes, pero que se estima que la violencia es el principal causante en la actualidad.
“Se podría decir que esa violencia (que viven los países centroamericanos) es la que está llevando a este auge del éxodo de niños centroamericanos hacia el norte”, destacó Dugan, también integrante de NALACC.
Por otra parte, dijo que del total de menores detenidos en las fronteras “se estima que como el 15 % de la totalidad hasta la fecha de esos niños (...) no tienen familiares en Estados Unidos”.
Estados Unidos mantiene la política de que ninguna persona que cruce la frontera de manera ilegal, sea niño o adulto, podrá quedarse en el país, pues las fronteras no están de ninguna manera abiertas a la inmigración ilegal.