Las autoridades de inmigración no estaban preparadas para enfrentar las consecuencias de su política de “cero tolerancia” en la frontera este verano, que resultó en la separación de casi 3.000 niños de sus padres, dijo el martes la oficina de monitoreo interno del Departamento de Seguridad Nacional.
El informe indica que un niño fue detenido hasta 25 días en una cárcel de la Patrulla Fronteriza diseñada para arrestos de poca duración. Y la mala comunicación entre funcionarios de inmigración causó que algunos padres separados de sus hijos no supieron cómo encontrar a sus niños, y no tuvieron el acceso adecuado para comunicarse con ellos.
La Patrulla Fronteriza no se aseguró de identificar adecuadamente a menores separados de sus padres que no podían hablar porque eran muy niños.
Funcionarios de Seguridad Nacional dicen que el informe ilustra las dificultades de aplicar las leyes de inmigración “que están quebrantadas y mal escritas”.