Fotos y video del piloto jordano Muath al-Kaseasbeh quemado vivo por sus captores del Estado islámico impactaron al mundo.
Pero el brutal asesinato, a manos de un grupo que ha buscado nuevas formas de espantar al mundo occidental, no sorprende a quienes han estado siguiendo de cerca al Estado islámico.
De hecho, se ajusta al patrón de un grupo que ha actuado con brutal eficacia, al tiempo de exponer potenciales debilidades.
"Sus prioridades en este momento están muy enfocadas en pulir su imagen para tratar de (…) eclipsar a Al Qaeda en el mundo del yihadismo", dijo Daveed Gartenstein-Ross, miembro de la Fundación para la Defensa de las Democracias.
Fomentar y mantener esa imagen puede ser aún más importante en este momento, según el experto, "para asegurarse que [invividuos] se sigan uniendo a ellos a pesar de las pérdidas que están incurriendo en Irak y en Siria”.
Pérdida de terreno
La más notable de las pérdidas del Estado islámico es la ciudad de Kobani, al norte de Siria.
Después de una campaña constante de ataques aéreos y un asalto terrestre por fuerzas kurdas peshmergas, perdieron el control de la ciudad a fines de enero, aunque sus combatientes describieron la pérdida como una retirada estratégica en internet.
La prolongada lucha por Kobani al parecer tuvo un alto costo para el grupo yihadista, ya que según fuentes castrenses de EE.UU., el Estado islámico habría perdido unos mil combatientes solo con bombardeos aéreos.
La combinación de ataques y el asalto terrestre peshmerga también impactó las capacidades militares del Estado islámico.
"Están siendo menos efectivos en el campo de batalla", dijo un funcionario del Pentágono que pidió el anonimato. "A medida que pierden combatientes experimentados (...) no lideran de la misma manera”.
Pero eso no detuvo al Estado islámico de continuar atacando Kobani, enviando continuamente más combatientes y suministros, al mismo tiempo entregando blancos para los aviones estadounidenses y de la coalición.
Para algunos, la estrategia es una señal de que las debilidades del Estado islámico están comenzando a emerger.
"La explicación más probable de por qué siguen vertiendo recursos a pesar de que es tan costoso tratar de tomar Kobani es que el líder del Estado islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, tiene un motivo personal en la toma de ese territorio. Así, a pesar de que no tiene sentido estratégico, siguen tratando", dijo Gartenstein-Ross.
Las metas del Estado islámico
En cierta medida, la obsesión con Kobani ha desconcertado a oficiales militares y de inteligencia.
Funcionarios de Defensa han dicho en repetidas ocasiones que el pueblo sirio en la frontera turca es importante sólo porque el Estado islámico le ha dado importancia.
Un funcionario de inteligencia de EE.UU. dijo que el grupo extremista quería “en exceso” a Kobani, posiblemente por ser paso fronterizo o por su valor simbólico.
Sin embargo, algunos analistas militares advierten que subestimar a los yihadistas sería un error.
"Lo que [Estado islámico] quiere es un refugio seguro contiguo al noreste del río Éufrates", dijo Christopher Harmer, un excomandante de la Marina estadounidense y analista del Instituto para el Estudio de la Guerra.
Harmer y otros analistas sostienen que para un grupo como Estado islámico, las pérdidas humanas son casi irrelevantes, ya que ha demostrado la capacidad de reponer sus filas con nuevos combatientes extranjeros.
Abu Bakr al-Baghdadi
Para Baghdadi las bajas, sin importar cuán altas, son quizás un pequeño precio a pagar para conseguir su objetivo.
"Todo lo que veo dice que es un pensador cuidadoso y estratégico que está siendo recompensado por sus sueños de gloria", dijo Jerrold Post, director de Psicología Política en la Universidad George Washington.
Post fundó la rama de la CIA que hace análisis de comportamiento y ha perfilado numerosos dictadores.
Sería un error ver a Baghdadi como un loco impulsivo y fuera de control, dice Post, agregando que probablemente es un narcisista maligno, alguien con una personalidad caracterizada por una "extrema auto-adoración", una sensación de paranoia, falta de conciencia con una “voluntad de utilizar cualquier agresión para conseguir su metas”.