El gobierno de Donald Trump lanzó el lunes una severa advertencia a las compañías estadounidenses que han comenzado a tramitar visas para trabajadores extranjeros especializados.
Podrían investigar y enjuiciar a aquellas empresas que pasen por alto a estadounidenses con iguales aptitudes para ocupar esos empleos.
El gobierno dio a conocer su postura el día en el que las empresas estadounidenses, en especial las del sector tecnológico, comienzan a tramitar las visas conocidas como H-1B para traer a Estados Unidos programadores y trabajadores especializados de otros países.
"Los trabajadores estadounidenses no deben quedar en una posición desfavorecida, y el departamento está plenamente comprometido a investigar y dar un seguimiento judicial firme a las denuncias", afirmó en un comunicado Tom Wheeler, jefe interino de la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia.
El gobierno de Barack Obama demandó a compañías acusadas de violar las disposiciones contra la discriminación previstas en la Ley de Inmigración y Nacionalidad, entre ellas firmas que dieron preferencia a trabajadores extranjeros.
Sin embargo, la advertencia emitida en un comunicado constituye al parecer la primera señal de su tipo dirigida a los empleadores para que no desfavorezcan a los trabajadores estadounidenses.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos anunció que intensificará su revisión de los empleadores que utilizan las visas H-1B y señaló que "demasiados trabajadores estadounidenses calificados, dispuestos y merecedores de laborar en estos campos son ignorados o injustamente desfavorecidos".
Aunque la supervisión para evitar abusos con las visas no es nueva, la postura enérgica sobre el programa H-1B tiene un enfoque distinto.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, también habló del tema al inicio de su conferencia diaria de prensa y señaló que el gobierno combatirá a las empresas que discriminen a los trabajadores estadounidenses al aprovechar el programa de las visas para contratar extranjeros.