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Intentos de fraude por internet


Normalmente es difícil reconocer cuándo un email de este tipo es una estafa.
Normalmente es difícil reconocer cuándo un email de este tipo es una estafa.

Una estafa por internet sirve como ejemplo para evitar que otras personas caigan en la trampa.

Es algo que nunca me cansaré de decir: no somos conscientes de lo fácil que es que nos estafen en internet.

Me gustaría poner como ejemplo un caso real de esta semana que demuestra con qué sencillez podemos caer en la trampa y acabar en un timo en el que perder dinero rápidamente.

Recibí hace poco un email urgente de una amiga de Estados Unidos. El mensaje dice lo siguiente (traducido del inglés y con el nombre cambiado para respetar su privacidad):

“Asunto: ¡AYUDA!

¡Hola!
Te escribo con lágrimas en los ojos, mi familia y yo hemos viajado a Londres, Reino Unido para unas pequeñas vacaciones. Por desgracia nos han robado en el parque del hotel donde nos alojábamos, todo el dinero, las tarjetas de crédito y mi móvil han sido robados pero por suerte todavía tenemos nuestros pasaportes.
Hemos ido a la embajada y a la policía pero no nos están ayudando y tenemos problemas pagando la factura del hotel, y el manager no nos dejará marchar hasta que cerremos nuestra deuda.
Estoy asustada ahora mismo y realmente necesito tu ayuda.

Gracias…
Alicia”

Alguien con experiencia se olerá inmediatamente que este mensaje puede ser el producto de un engaño. Al fin y al cabo es muy fácil descuidarse y que alguien nos robe nuestra cuenta de correo electrónico. Para evitar este tipo de robos recomiendo nunca acceder a la cuenta de correo de otra forma que no sea escribiendo manualmente la dirección.

Muchas webs falsas se “disfrazan” como si fueran la web real y aprovechan el momento para obtener nuestra dirección y contraseña, dándoles acceso a nuestro email y, según el servicio que usemos, también a nuestra cuenta de mensajería instantánea como Windows Live Messenger y Google Chat.

Volviendo al email en cuestión, es un mensaje astutamente preparado para impresionarnos y responder lo antes posible en ayuda de nuestra amiga (empieza diciendo que está llorando y que no tiene nada de dinero).

Sabiendo que ésto tenía una alta probabilidad de ser una estafa y andando con pies de plomo, respondí a mi amiga, atendiendo que yo no le diera ningún dato personal en el mensaje.

Al poco tiempo recibí una respuesta a través de mensajería instantánea. Mi amiga me daba las gracias por acudir en su ayuda y me pedía que le enviara la cantidad de $1,500 a través del servicio de transferencia instantánea de dinero Western Union.

En el momento en el que se nos pide dinero muchos se van a asustar, pero cuando estos mensajes provienen supuestamente de una amiga nuestra nos ablandamos y dejamos atrás la desconfianza.

Por ello recomiendo que ante este tipo de situaciones que cada vez están más al alza nos aseguremos siempre de que esta persona es realmente quien dice ser.

Lo más fácil es pedirle a esta persona que responda a una pregunta que sólo nuestro amigo sabría.

Es importante escoger preguntas de experiencias personales cuya respuesta no se pueda encontrar mirando, por ejemplo, el perfil de Facebook de nuestro amigo (al que también podrían tener acceso). Preguntas como qué ocurrió el día que fuimos a ver cierta película al cine, o cómo y cuándo nos conocimos suelen ser efectivas.

En este caso las respuestas del estafador eran vagas o evasivas, como “no recuerdo exactamente qué ocurrió aquel día, ahora mismo sólo quiero volver a mi casa” o “no me puedo creer que me estés preguntando algo así en una situación como ésta”.

Finalmente me pidió que, si no estaba seguro, que llamara al manager del hotel, cuyo número me ofreció.

Para entonces yo ya había logrado hablar con mi amiga, la de verdad a través de su celular, que me confirmó mis sospechas: ella ni siquiera estaba en el Reino Unido, por lo que no existía ya la menor duda de que la persona que me estaba enviando los emails era alguien suplantando su identidad.

Conviene saber cómo funcionan este tipo de estafas: cuando enviamos dinero a través de Western Union todos los datos que damos de la persona a la que va destinado son su nombre y la dirección en la que se encuentra en ese momento.

Una vez realizado el envío el estafador no tiene más que acudir a la oficina de Western Union a la que hemos mandado el dinero con un carnet de identidad falsificado y llevárselo sin que quede ningún registro de quién era esa persona en realidad.

Por ello una vez hemos enviado el dinero no hay marcha atrás. Podemos poner todas las denuncias que queramos en la policía o informar a Western Union, pero el daño ya está hecho y ese dinero será irrecuperable.

Lo mejor en estos casos es, ante todo, avisar a la persona cuya identidad ha sido suplantada inmediatamente para que esté al tanto de la situación y pueda avisarle a todos sus amigos de la estafa.

Por último recordad que éste es tan sólo uno de los muchos tipos de estafas que ocurren diariamente a través de internet. Si tiene alguna duda en la página web de Western Union ofrecen ayuda contra el fraude, así como un número de teléfono y un email para informar de emails sospechosos.

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