La líder opositora de Venezuela, María Corina Machado, dijo el jueves que Estados Unidos debería hacer "mucho más" en medio de una disputa electoral en el país sudamericano desde julio.
Se espera que Estados Unidos sancione a unos 60 funcionarios del gobierno venezolano y a sus familiares en las primeras medidas punitivas tras la votación de julio, dijeron dos fuentes a Reuters el mes pasado.
"Estados Unidos debería hacer mucho más", dijo Machado en una conferencia de prensa virtual. "Las empresas deben entender que es en su mejor interés, así como en el de los acreedores de Venezuela, que la transición se realice lo más rápido posible".
Machado, una ingeniera industrial de 56 años, fue el motor electoral de la coalición opositora que concurrió por primera vez en 10 años a unas elecciones presidenciales.
La opositora, a quien en enero el máximo tribunal del país le ratificó una prohibición de ocupar cargos públicos, ha dicho que la oposición tenía copia de 84 % de las actas que emiten las máquinas de votación y que daban como ganador al ex diplomático Edmundo González.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro fue proclamado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) como el ganador con 51,2 % de los votos, mientras González obtuvo 44 % de los votos escrutados.
El CNE, un organismo visto por críticos y opositores como un brazo aliado del oficialismo, no ha divulgado el total de votos ni ha disgregado por estados ni centros electorales como ha sido el sufragio en toda Venezuela.
La oposición, algunos países occidentales y organismos internacionales como un panel de expertos de las Naciones Unidas han dicho que la votación no fue transparente y exigieron la publicación de los recuentos completos, y algunos denunciaron abiertamente el fraude.
Muchos países, incluido Estados Unidos, también han criticado una orden de detención emitida el lunes contra González, que siguió a semanas de comentarios de altos funcionarios del gobierno de que el ex candidato opositor y otros miembros de la oposición deberían ir a la cárcel.
El gobierno llama a la oposición un movimiento fascista aliado con fuerzas imperialistas en el extranjero y la culpa por las muertes en las protestas. Los opositores acusan al gobierno de llevar a cabo una campaña de represión.
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