El flujo de niños que cruzan la frontera sur de Estados Unidos de manera ilegal y sin que sus padres ha disminuido en las últimas semanas, se informó el 18 de julio autoridades de la administración Obama.
Agentes de la Patrulla Fronteriza en el Valle del Río Grande, en el sur de Texas, han encontrado menos de 500 niños que cruzan la frontera de manera ilegal esta semana. El mes pasado, los agentes detenían unos 2.000 niños inmigrantes cada semana.
El gobierno de Obama ha estado luchando para hacer frente a una avalancha de más de 57.000 niños que viajan solos desde el 1 de octubre.
El secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, dijo a principios de este mes que al menos 90.000 niños inmigrantes no acompañados podían ser aprehendidos hasta septiembre.
La mayoría de los niños provienen de Honduras, El Salvador y Guatemala.
El volumen de niños inmigrantes ha afectado de manera significativa los recursos de los departamentos de Seguridad Nacional y de Salud y Servicios Humanos en los últimos meses.
Para hacer frente a la crisis, el presidente Barack Obama solicitó al Congreso $3,7 mil millones de dólares de gastos de emergencia.
Los funcionarios, que hablaron bajo la condición de anonimato porque no estaban autorizados a hacer declaraciones públicas, dijeron que es demasiado pronto para saber las causas del descenso en las detenciones fronterizas, pero agregaron que los cruces ilegales a lo largo de la frontera con México tienden a disminuir durante el verano boreal.
La Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza ha puesto en marcha una campaña de relaciones públicas para advertir a inmigrantes y sus familias en América Central que el viaje a la frontera con EE.UU. es peligroso y los niños inmigrantes se enfrentarán a una deportación segura.
Sin embargo, dado que el viaje a través de México puede llevar semanas o incluso meses, los que están por cruzar la frontera es poco probable que hayan visto la campaña.
Obama tiene previsto celebrar una reunión de la Casa Blanca con los presidentes de Honduras, El Salvador y Guatemala la próxima semana para discutir la crisis fronteriza.
En un comunicado, la Casa Blanca señaló que los cuatro “líderes y el vicepresidente [Joe] Biden discutirán cómo reforzar nuestra colaboración en curso para detener el flujo de inmigrantes indocumentados de Centroamérica a México y Estados Unidos".
El comunicado agrega que los jefes de estado conversarán sobre cómo promover la “migración segura, legal y ordenada entre nuestros países en un espíritu de responsabilidad compartida”.
Particular interés está puesto en ver como los líderes tratan el tema de las deportaciones aceleradas, lo que ha causado un problema político para Obama.
También se discutirá el rol de otros miembros de la comunidad internacional para promover el desarrollo, crecimiento económico y la seguridad en la región frente a los factores que están causando que centroamericanos emprendan el peligroso viaje a Estados Unidos, según el comunicado.
