Un grupo de migrantes venezolanos protestaron el lunes en la frontera entre México y Estados Unidos contra la nueva política de deportación adoptada por Washington y fueron repelidos por agentes fronterizos estadounidenses, que dispararon balas de goma contra ellos, informaron medios de prensa locales.
La situación de los migrantes venezolanos en México se ha complicado: algunos no encuentran albergues donde quedarse y otros han optado por instalarse en un campamento a la orilla del Río Grande para demandar a las autoridades de Estados Unidos que les permitan la entrada en el país.
En la protesta del lunes en la línea de Ciudad Juárez, en México, y El Paso, Texas, migrantes portaron una bandera de Venezuela e intentaron cruzar el río. Fotos y videos publicados por la prensa mostraban a los agentes de fronteras de EEUU presuntamente disparando balas de goma contra ellos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP por sus siglas en inglés) emitió un comunicado el lunes en el que indica: "El 31 de octubre, aproximadamente a las 12:20 p. m., un grupo de ciudadanos venezolanos intentó ingresar ilegalmente a los Estados Unidos mientras protestaba a lo largo del límite internacional del río Grande, cerca del centro de El Paso. Uno de los manifestantes agredió a un agente con un asta de bandera. Un segundo sujeto lanzó una piedra causando lesiones a un agente, momento en el que los agentes respondieron iniciando medidas de control de multitudes".
El comunicado de CBP agrega que las medidas incluyeron el uso del sistema autorizado de lanzamiento de bolas de pimienta de fuerza menos letal. La multitud luego se dispersó y regresó a México.
La Oficina de Responsabilidad Profesional de Aduanas y Protección Fronteriza revisará el incidente.
El jefe de la Unidad para América del Norte de la cancillería mexicana, Roberto Velasco, dijo que el respeto a los derechos humanos de las personas en situación de movilidad debe ser la base de la actuación de todas las autoridades migratorias y rechazó cualquier potencial uso excesivo de la fuerza.
Añadió que había solicitado información al gobierno de Estados Unidos sobre lo ocurrido en la frontera de Texas y reiteró la necesidad de mantener protocolos para garantizar la dignidad e integridad de todas las personas.
Santiago González, director de Derechos Humanos de Ciudad Juárez, dijo que algunos ciudadanos originarios de Venezuela están abandonado los albergues para instalarse en el campamento como una medida de presión, y hasta ahora permanecen ahí unas 300 personas.
“En los albergues del gobierno municipal y del gobierno federal tenemos cupo, tenemos espacio para todas las personas que se encuentran en el campamento”, explicó González. “Ya hemos acudido a invitarlos a que entren a los albergues”.
Allí, señaló, “hay servicios médicos, educativos, asesoría legal, pero ellos han decidido permanecer en ese espacio por voluntad propia. Ellos consideran que es para generar presión al gobierno de Estados Unidos”.
Por otro lado, Mauro Pérez Bravo, presidente del Consejo Ciudadano del Instituto Nacional de Migración, advirtió que algunos albergues ya están saturados y así lo han reportado diversas organizaciones sociales.
“Las fronteras en particular y la Ciudad de México están siendo rebasadas y colapsadas en un 600 %. Ya tienen sobrecupo y sobre todo en las fronteras. Ustedes pueden ver algunos albergues en Tijuana, Nuevo Laredo, Ciudad Juárez, las personas ya están en la calle porque no hay cabida” dijo Pérez Bravo.
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