La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, apoya la iniciativa de la ONU para fortalecer a las mujeres en los procesos de pacificación.
La participación femenina en las actividades de paz es un imperativo de seguridad global necesario para promover la estabilidad política, el crecimiento económico y los derechos humanos, aseguró Clinton.
"La discriminación contra las mujeres no sólo las expone a los peores efectos de la guerra, incluidas las violaciones, sino que también priva a sus países del primer motor de recuperación", según registra el informe emitido por la ONU.
El documento que aparece bajo el título ‘Conflictos y crisis a renovar: generaciones para el cambio’ coincide con el décimo aniversario de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad, que situó la lucha contra la violencia sexual a mujeres y jóvenes en conflictos como uno de sus objetivos.
“Este año el informe trata sobre las tres ‘r’: resistencia, renovación y redefinición de los roles entre hombre y mujeres”, explica la directora ejecutiva de UNFPA, Thoraya Ahmed Obaid.
De esta forma, las comunidades y la sociedad que han atravesado un conflicto están curándo las heridas viejas y avanzando. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para asegurar que las mujeres tienen acceso a los servicios mínimos y una participación en los tratados de paz y de reconstrucción del país, explica el ensayo.
Se trata de la primera vez en la que un trabajo está basado en los informes desde el terreno que demuestran cómo los países que han experimentado conflictos o desastres y están en proceso de reconstrucción no cuentan con las mujeres.
Obaid subrayó que “la devastadora e inacceptable violencia sexual” afecta a los países en conflicto, y “como organización internacional, no hemos sido capaces de prevenir esta violación de derechos humanos. Este documento hace un llamamiento a la acción urgente para proteger a las mujeres, prevenir la violencia sexual, detener la impunidad y traer justicia”.
Si bien, el ensayo también muestra cómo la recuperación de conflictos y desastres representan una oportunidad única para rectificar desigualdades y asegurar igual protección bajo la ley, "con lo que se crean espacios para el cambio en positivo”, añade.
La principal recomendación insta a los gobiernos a que no se centren sólo en la reconstrucción del país, sino que aprovechen para fortalecer la igualdad de derechos y oportunidades.
La violencia de género es “una repuganante y cada vez más familiar arma de guerra”, a lo que se añade la posibilidad de que las mujeres sean infectadas con el VIH u otras enfermedades resultantes de las violaciones.
“Mientras en raras ocasiones las mujeres promueven la guerra, son las que sufren las peores consecuencias, y cuando llega el tiempo de paz, a menudo se les priva de un lugar en la mesa de negociación”, reconoce el reportero Richard Kollodge.