El sake japonés, la henna, los cuadros vivos de Galeras, en Colombia, y el pan de yuca del Caribe son algunas de las más de 40 incorporaciones a la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, cuyo Comité se encuentra reunido en Paraguay.
El Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial se reunirá hasta el próximo sábado en la ciudad paraguaya de Luque para debatir y dictaminar la inclusión de las prácticas y ritos que aspiran a una inscripción en la prestigiosa lista de tradiciones comunitarias, elaborada anualmente por la Unesco a fin de ser preservadas y estimuladas.
Hasta este miércoles, más de 45 tradiciones comunitarias de todo el mundo entraron para la lista, desde pinturas vivas hasta la elaboración de comidas y bebidas, pasando por danzas, rituales y festivales.
Una de las expresiones más conocidas mundialmente incorporada a la lista es el sake, la típica bebida de Japón hecha a base de arroz y que está “profundamente arraigada en la cultura japonesa”, señala la Unesco.
Los artesanos utilizan el molde koji para convertir el almidón de los ingredientes en azúcar y su trabajo determina la calidad del sake, indispensable en festivales, bodas, ritos de paso y otras ocasiones socioculturales.
“Sus habilidades se han ido perfeccionando con la experiencia y adaptándose al clima y las características naturales de las distintas partes de Japón", expresó el embajador nipón ante la Unesco, Kano Takehiro. "El sake se considera un regalo divino y es esencial para los eventos sociales y culturales de Japón".
Takehiro dijo a The Associated Press que la inscripción “significa mucho para Japón y para los japoneses, en particular para quienes se dedican a la elaboración” de la bebida. “Es una gran noticia para ellos, pues esto ayudará a renovar el interés por la elaboración tradicional del sake”.
También en la categoría gastronómica, el comité aprobó la inscripción como patrimonio inmaterial de la Humanidad las prácticas centenarias ligadas al tradicional pan de yuca del Caribe, muy popular en Cuba, Venezuela, República Dominicana, Haití y Honduras; las formas tradicionales de producir el queso artesano Minas, típico del estado brasileño de Minas Gerais, y la cultura de la sidra de Asturias, en España, así como la “cultura del desayuno” en la sociedad multiétnica de Malasia.
Ya entre las expresiones artísticas, musicales y folclóricas, conquistaron un lugar en la lista la guarania, un género musical originario de Paraguay que data a principios del siglo XX, considerado como la “expresión colectiva de los valores paraguayos, utilizando el idioma guaraní y combinando elementos de música indígena y popular”.
También las pinturas vivas de Galeras, la “expresión más significativa del arte popular efímero en Colombia”, que consiste en recrear escenas estáticas relacionadas con distintos aspectos de la vida cotidiana.
"Es una expresión de nuestros ancestros que las comunidades, los gestores culturales y toda la población la han mantenido viva con nuestros sentimientos, con nuestros esfuerzos durante toda la vida”, dijo Lucy García Montes, gobernadora del departamento colombiano de Sucre, en donde está Galeras. “Nosotros somos un cuadro vivo para el mundo”.
La fabricación y exhibición de las cometas, en Guatemala, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XIX e inicios del XX, también fueron reconocidos como patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco.
“Estos barriletes que se elevan majestuosamente por el cielo, como diligentes mensajeros, representan la riqueza de nuestra cultura guatemalteca”, dijo el presidente del país, Bernardo Arévalo, sobre esta ancestral práctica que tiene lugar en las ferias del Día de los Santos y de los Muertos con el objetivo de comunicarse con los antepasados.
Igualmente entraron en la lista la fabricación palestina de jabón Nablusi, el Festival de Primavera en el marco del Año Nuevo chino, la adoración de los oráculos acuáticos en Camerún, la canción folclórica urbana tradicional Sevdalinka de Bosnia y Herzegovina, y la tradicional sopa de camarones de Tailandia, Tomyum Kung, entre varios otros.
Estos nuevos elementos se suman así a los centenares de bienes o ecosistemas de valor excepcional reconocidos por la Unesco en años anteriores, como la pizza napolitana (2017), la capoeira brasileña (2014) y el flamenco español (2010).
Todo ello con el objetivo de salvaguardar el patrimonio vivo y así “fomentar la diversidad cultural, la cohesión social y el desarrollo sostenible”, según coincidieron el presidente de Paraguay, Santiago Peña y la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, en sus discursos durante la ceremonia de apertura del encuentro.
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