Grupos ambientalistas y científicos han pedido a los administradores de la vida silvestre en Estados Unidos nuevos planes para garantizar la supervivencia del lobo mexicano en el suroeste del país.
Tras un fallo adverso en la justicia federal el año pasado, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre está elaborando una nueva norma para proteger a estos depredadores amenazados en Nuevo México y Arizona.
En una carta enviada el miércoles al secretario del Interior, David Bernhardt, y los administradores federales, la coalición dijo que la norma debe basarse en un “enfoque totalmente nuevo” que incorpore la ciencia más reciente y a la vez reconozca las deficiencias de los métodos anteriores.
“Por favor no continúen en la misma dirección infructuosa que no cumple siquiera con sus propias pautas, y en lugar de ello planifiquen un camino nuevo que en verdad permita la recuperación del lobo mexicano”, dice la carta.
Funcionarios del Servicio de Pesca y Vida Silvestre estudiaban la carta, pero no hicieron declaraciones. Una orden judicial obliga al organismo a revisar la norma para mayo de 2021.
El lobo mexicano, la subespecie de lobo gris más escasa de América del Norte, trata de recuperarse desde 1998 de los estragos causados por la caza furtiva, la política, los cuestionamientos legales e incluso las complicaciones provocadas por la falta de diversidad genética.
Su situación es más precaria que las de otros lobos grises en Estados Unidos debido a la escasez de sus números. El censo más reciente reveló que había 131 en el medio silvestre en las zonas montañosas de Nuevo México y Arizona.
Se calcula que hay unos 30 lobos en el medio silvestre en México.
Estas cifras son muy distantes de las que habían previsto los biólogos para la actualidad.
En la carta reciente se pide la liberación de más familias de lobos cautivos al medio silvestre para acrecentar la población. También se deplora el retiro de los animales del medio silvestre y se insiste que se pueden tomar medidas distintas para proteger el ganado.