Cinco blogueras latinoamericanas unieron los deseos de compartir sus recetas de cocina más allá de los intercambios en línea y publicaron el libro “Yo cocino latino”, que se presentó este sábado en la librería Barnes & Noble del suroeste de Miami.
“Los latinos somos cada vez más en Estados Unidos; cada vez que se hace una proyección resulta que somos más. Cada vez que veo por mi trabajo, que vendo libros en español, cómo se proyecta la venta de los libros para las escuelas y el público en general, (veo que) la población hispana va a seguir creciendo. Y lamentablemente los problemas en nuestros países siguen. Y siempre hay oleadas y oleadas de un país o de otro”, dijo a la Voz de América la chef Verónica Cervera, escritora cubana y autora del blog La cocina de Vero.
Cuando cerró la primera mitad del año 2022, el Censo de Estados Unidos arrojó que 63,7 millones de hispanos viven en el país, siendo así “la mayor minoría étnica o racial: el 19,1 % de la población total”.
“Yo cocino latino”, publicado por Penguin Random House, contiene las recetas y comentarios, además de las de Cervera, de las blogueras Erica Dinho, de Colombia, Clara González, de República Dominicana, Alejandra Graf, de México y Layla Pujol, de Ecuador.
Verónica abrió un blog, siguió a las redes sociales y finalmente ha terminado publicando tres libros: "La cocina de Vero", "La cocina cotidiana de Vero" y este, junto a las cuatro mujeres que le acompañan ahora.
“No es una comunidad competitiva, todos nos apoyamos y nos ayudamos. Más bien es la lucha contra los algoritmos de Facebook, Instagram y de Google. Ahí todo está cambiando constantemente y tenemos que renovar la web, los mecanismos conque funciona tu página”, comenta.
De ese apoyo, de ese conocimiento nació este libro, dice.
Cervera reconoce que hay una explosión por la cultura culinaria que se ha desatado en las últimas dos décadas, lo achaca “a que también han aumentado los viajes, la gente viaja muchísimo, más que antes, conoce otras culturas y gran parte de la cultura es la comida”.
El auge de las redes sociales es un fenómeno que ha afectado la vida de los seres humanos, incluso en los lugares más remotos del planeta.
Verónica Cervera cuenta a la VOA que inició su pasión por compartir las viejas y nuevas recetas que luego mostraba por medio su blog, entonces las llevó también a sus cuentas de Facebook e Instagram hasta desembocar en esta colaboración con sus cuatro compañeras 'de viaje'.
¿Te crees una influencer?
“Bueno, yo creo que sí”, sonríe.
“Aquí sigo hace unos cuantos años y siempre hay alguien que me dice que hizo una receta que vio en el Instagram, que la puso en el Facebook o que la encontró en un libro. Y la verdad me gusta, porque creo que he ayudado a un montón de gente. Tengo amigas que decían que se les quemaba hasta el agua y hoy en día cocinan casi más rico que yo”, relata.
Tras la presentación del libro y el intercambio con los espectadores en la antesala de la librería, Cervera ha desenfundado sus aperos de cocina para preparar algo muy típico de las fiestas cubanas: “pasta de bocaditos”, anuncia lo que es una verdadera delicia para embarrar panes y galletas y que ha dejado lista en pocos minutos.
La fila para probar los bocadillos, no se ha hecho esperar entre libros y una pancarta grande que anuncia a Penguin Random House.
Pronto se van a cumplir 30 años de la salida masiva de cubanos hacia Estados Unidos y que se conoce hasta hoy como la Crisis de los Balseros. Verónica es una de aquellos 35.000 cubanos que se echaron a la mar en 1994, a ella le tomó un par de días llegar con familiares y vecinos desde su natal pueblo de Caibarién, en la provincia central de Villa Clara -a unos 288 kilómetros de La Habana- hasta Cayo Martón, en Florida.
De esos inicios rememora el encontronazo con los nuevos sabores "no solo de la cocina cubana" sino con todo lo proveniente de otros países.
“No tenía idea de lo que era un pesto, unos piñones o lo que era una salsa de ají peruana. Incluso la tortilla mexicana que es lo más simple del mundo para muchos y en muchos países centroamericanos comen tortilla, pues nunca habíamos comido una tortilla mexicana en Cuba y hoy en día no me imagino mi vida sin tortilla”, señala.