El domingo 10 de enero llegarán a Bolivia las primeras 6.000 dosis de la vacuna rusa Sputnik V que fue aprobada por el gobierno luego de firmar un acuerdo en diciembre por un total de 5 millones 200.000 dosis. El primer departamento en ser beneficiado será Santa Cruz, donde se registra el mayor número de casos de COVID-19 y posteriormente será la capital, La Paz.
Autoridades rusas informaron esta semana que Bolivia otorgó la aprobación de emergencia para el uso su vacuna. La vacuna fue registrada por el regulador boliviano atendiendo a los resultados de los ensayos clínicos de Fase III en Rusia, sin ensayos adicionales en el país sudamericano.
Rusia dijo que había acordado suministrar a Bolivia una cantidad suficiente de su vacuna de dos dosis Sputnik V contra el coronavirus para inmunizar a 2,6 millones de personas.
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Las críticas de la oposición no tardaron en llegar, en respuesta a una “cláusula de confidencialidad” que no permite revelar los precios de la compra. Sin embargo, el vocero del gobierno de Luis Arce, Jorge Richter, justificó la medida.
“Ese contrato tiene unas cláusulas de confidencialidad y dentro de esas cláusulas de confidencialidad se encuentran cuestiones económicas y también aspectos comerciales y ellos protegen como laboratorios privados que son su competencia comercial respecto de las otras vacunas”, afirmó Richter.
Un rebrote anticipado de la pandemia obligó al gobierno a acelerar las gestiones para la adquisición de la vacuna. El jueves el Ministerio de Salud informó 1.910 nuevos contagios y 17 fallecidos en un día. Hasta el jueves se reportaron 168.891 casos en total y 9.304 fallecidos.
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En medio de este panorama y las dudas que se generan en la población, el epidemiólogo Faustino Torrico, habló con la Voz de América sobre las expectativas de las vacunas para el país.
“Hay preguntas que nos hacemos referente al por qué se ha comprado esa vacuna (rusa), es cierto que las otras dos vacunas que son las más acertadas internacionalmente, con la Pfizer y Moderna, el problema es la conservación, al menos 80 grados centígrados y el país no tiene el equipamiento. Estamos frente a un dilema, pero lo importante es vacunar a la población”, dijo el especialista.
Aunque el incremento de los casos de COVID-19 es de más de 1.000 por día, el ministro de Salud, Edgar Pozo, descartó el retorno a una posible cuarentena rígida.
“No queremos ver un país enfermo y un país pobre”, dijo la autoridad.