Desde la llegada de las primeras dosis de vacunas a Bolivia, a finales de enero, se generó una gran expectativa pero también dudas en la población que afrontaba la entrada de una segunda ola de contagios de COVID-19.
Esta semana el responsable del Programa de Inmunización de Bolivia, Maz Enríquez, presentó en un evento internacional el plan de vacunación en el país.
“Un plan de comunicación para la instroducción de la vacuna que toma aspectos de información pública, de movilización social, de alianzas estratégicas y de abogacía”, dijo el funcionario .
Sin embargo y a pesar de las campañas gubernamentales, el investigador y analista de datos, Rafa López, consideró que mucha información queda sin aclararse y las autoridades no generan la confianza que necesita la población. En lugar de ello, explica, predomina la incertidumbre entre los bolivianos.
“Lo que sabemos es básicamente por declaraciones, pero no hay un registro sistemático diario. La gente necesita saber cosas de sentido común de la vacunación, eso es, cuándo me va a tocar, qué vacuna me va a tocar, cuándo me llega la primera dosis, cuándo tengo que esperar la segunda dosis y cuándo podré quitarme el barbijo y caminar en la calle sin barbijo”, dijo López.
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La falta de transparencia se replica en otros países como en Perú, donde ahora se investiga el caso “vacunagate”, que fue develado por el periodista de investigación, Carlos Paredes.
Según la acusación, que apunta al médico que dirigió en 2020 el ensayo de una vacuna china contra el COVID-19 en Perú y que testificó este martes ante el Congreso en una audiencia sobre las presuntas inmunizaciones irregulares de 487 personas- el expresidente Martín Vizcarra estaba en conocimiento del caso.
El doctor Germán Málaga, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, declaró que el 1 de octubre Vizcarra le pidió ser vacunado, mientras los ensayos de la vacuna china de Sinopharm entre 12.000 voluntarios peruanos estaban en desarrollo. Afirmó que el mandatario sabía que se trataba de una "vacuna activa" y no de un placebo.
“Si hay algo positivo de este escándalo en mi país y que nos avergüenza a todos es que por lo menos hemos prendido las alarmas para que en otros países no se repita lo que aquí ha pasado que es realmente escandaloso”, dijo a la Voz de América el periodista peruano, Carlos Paredes.
En tanto, el Gobierno boliviano anunció que el 24 de febrero llegará al país un lote de 500.000 vacunas adquiridas de la empresa china Sinopharm.
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