Confrontación de Sheinbaum y Gálvez carga otra vez el debate presidencial de México sobre economía

ARCHIVO - La candidata presidencial oficialista Claudia Sheinbaum convive con partidarios al inicio de su campaña en el Zócalo de Ciudad de México, el 1 de marzo de 2024.

Con la atención puesta en temas prioritarios para los mexicanos como son la inflación, empleo y el combate a la pobreza, los tres aspirantes presidenciales se vieron nuevamente las caras el domingo en un segundo debate en el que sobraron los ataques y descalificaciones a 35 días de las elecciones.

El segundo debate presidencial en México del domingo fue un segundo careo de confrontación entre la candidata oficialista Claudia Sheinbaum y la opositora Xóchitl Gálvez, en el que no se profundizaron las propuestas sobre asuntos prioritarios para los mexicanos como la inflación, el empleo y la pobreza, ni se respondieron las preguntas de la ciudadanía.

Como se esperaba, la exsenadora Gálvez, candidata de la coalición del Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido de la Revolución Democrática (PRD), salió desde el inicio a atacar a Sheinbaum para debilitarla y tratar de mover las preferencias electorales, aunque los analistas descartaron de plano que tras el debate puedan darse cambios drásticos en las tendencias.

La aspirante de Morena y sucesora del proyecto de gobierno del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se mantiene como puntera en las preferencias electorales superando por más de 20 puntos a la opositora.

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El tercer candidato, Jorge Álvarez Máynez, del Partido Movimiento Ciudadano, intentó distinguirse del tono confrontador de las dos candidatas y colocar propuestas que le permitan cosechar más apoyo, a 35 días de las elecciones presidenciales del 2 de junio.

Para Gálvez, Claudia Sheinbaum era la “candidata mentirosa” y la “narcocandidata”, en referencia a las alusiones que utilizó la opositora de forma recurrente para interpelar a la oficialista.

Sheinbaum, por su parte, insistió en asociar la figura de Gálvez con la corrupción denunciada en gobiernos anteriores y aludió a contratos millonarios de la exsenadora en periodos en que ocupó cargos públicos.

Los cruces de ataques, como ya ocurrió en el primer debate de hace tres semanas, se intercalaron con menciones a propuestas —sin profundizar— y planes de cada uno de los aspirantes en temática económica. De acuerdo con el esquema previsto por el INE, los cuatro segmentos abordados fueron empleo e inflación, pobreza y desigualdad, infraestructura y desarrollo, cambio climático y desarrollo sustentable.

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Mostrando un cartel en el que se leía “amigo date cuenta Claudia miente”, la opositora acusó a Sheinbaum de incurrir en evasión fiscal al llevar recursos de su familia a paraísos fiscales y de ayudar para que su exesposo fuera exonerado por un supuesto caso de robo.

Durante sus diferentes intervenciones, Gálvez aprovechó para fustigar a la oficialista por su gestión frente la alcaldía de la Ciudad de México y atacó también al gobierno de López Obrador, asegurando que ha incrementado la deuda externa y elevado el déficit fiscal al financiar a la endeudada empresa pública Petróleos Mexicanos (Pemex).

Y, ahora, reprochó “se quieren robar” los recursos de las Administradoras Fondos para el Retiro (Afores) con la creación de un nuevo fondo de pensiones que aprobó la semana pasada la mayoría oficialista del Congreso. “Son unos bandidos”, agregó. Sheinbaum defendió la reforma como una solución a las leyes de 1997 y 2007, de gobiernos anteriores, que habían generado “pensiones del hambre”.

La candidata de Morena, que promueve en su campaña un proyecto de continuidad de la llamada Cuarta Transformación de López Obrador, sacó cifras de empleo, pobreza o crecimiento económico para defender los avances del último sexenio.

En 2018, cambió el modelo económico, retomó Sheinbaum. Según su intervención en el careo televisado, la llegada de López Obrador supuso terminar con el neoliberalismo, la privatización con corrupción, las deudas privadas convertidas en públicas, las pensiones del hambre y el aumento de impuestos. El gobierno saliente, definió, ha sido “humanista, honesto, protector del patrimonio, protector de salarios y pensiones” y no subió impuestos, pero sí hizo obras.

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La oficialista, de hecho, inició su intervención advirtiendo a los espectadores y votantes que en el debate “escucharán —como en la campaña—, calumnias; y de nosotros, propuestas y soluciones”. Insistió, como ha hecho durante la promoción electoral, en que en las próximas elecciones habrá dos opciones en las urnas: una del pasado y de corrupción, que representa Gálvez, y una de progreso y futuro, la suya.

Cerró el debate, tras dos horas de duración, con una alocución en la misma línea: “A pesar de las calumnias, hemos ganado el debate porque hemos presentado propuestas y un plan de desarrollo. El modelo neoliberal del PRIAN fracasó”.

La candidata opositora, que volvió a defender en varias ocasiones la participación del sector privado en varios sectores como el energético o el desarrollo de infraestructura, tachó las obras del gobierno de López Obrador de “capricho y ocurrencias”, en referencias al megaproyecto del Tren Maya y a la refinería de Dos Bocas. “Dijeron que no quitarían ni un solo árbol, se quitaron 8 millones”, cuestionó sobre la línea de ferrocarril y que costó cuatro veces más de lo prometido.

Entre sus propuestas económicas exsenadora ha planteado que respaldará las micro, pequeñas y medianas empresas; creará modelos de financiamiento innovadores; dará un manejo “responsable” al gasto público para evitar presiones sobre la inflación, y promoverá políticas que amplíen las capacidades de las personas para que puedan tener acceso a más oportunidades y reducir así el desempleo.

“México tiene dos caminos: claudicar o despertar”, cerró Gálvez su participación al final del debate, en una suerte de juego de palabras con el nombre de Claudia Sheinbaum. Apeló al ciudadano desencantado a despertar para construir el país que se quiere y dejar atrás “mentiras”. Y reiteró: “Traigamos vida a donde hoy se pasea la muerte. Necesitamos libertad, no un autoritarismo”.

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Por su parte, Jorge Álvarez Máynez, el tercer aspirante en intención de voto según las encuestas, aprovechó sus intervenciones para proponer una reforma fiscal, la mejora del sistema de salud, un programa de atención a la primera infancia, el aumento del salario mínimo mensual en más de 30 % para llevarlo a 10.000 pesos (unos 588 dólares), y una “jornada laboral digna” que incluya dos días de descanso obligatorio en la semana.

El opositor centró sus ataques contra Gálvez, a la que recurrentemente identificó como la candidata de los viejos partidos. Se despidió del debate leyendo un texto breve, que atribuyó a unos de sus hijos pequeños y que constará en un libro a publicarse en los próximos días, que arrancaba con un “que todo sea rock and roll y fútbol” y que tenía alusiones a educación y salud públicas.

Los tres aspirantes a gobernar México llegaron pasadas las 6:00 de la tarde al centro donde se celebró el debate, en el sur de la capital mexicana. La candidata opositora acudió acompañada de los dirigentes de los partidos que la respaldan y, entre risas, dijo a la prensa que llegaba "con todo, contenta, a ganar".

Al grito de “¡presidenta, presidenta!” fue recibida Sheinbaum por decenas de seguidores que estaban a las afueras de los estudios Churubusco.

En esta oportunidad las miradas también estuvieron puestas en el Instituto Nacional Electoral (INE), organizador de los tres debates, luego de la lluvia de críticas que enfrentó por las fallas que tuvo el cronómetro que medía las intervenciones y el restringido formato del evento que impidió a los candidatos debatir y profundizar en sus propuestas, lo que según los analistas hizo muy aburrido el primer debate.

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Aunque el segundo careo televisado fue mucho más dinámico y se desarrolló sin fallas técnicas como el primero, el analista político Javier Rosiles Salas manifestó preocupación por el nivel “muy bajo” del lenguaje que utilizaron las dos principales candidatas para atacarse, y el hecho de que no se profundizaron las propuestas ni se atendieron las preguntas que hicieron algunos ciudadanos.

Rosiles Salas dijo a The Associated Press que a pesar de que Gálvez tuvo un mejor desempeño en el segundo debate al mostrarse más segura y sacar por momentos de balance a la candidata oficialista, descartó que pueda mover mucho las preferencias electorales. “Me parece que no le alcanzará”, sostuvo.

En esa misma línea, Patricio Morelos, profesor en Ciencias Políticas del Instituto Tecnológico de Monterrey, señaló que habrá que esperar como la opinión pública evalúa la postura confrontativa de la exsenadora, y si eso le dará para mejorar en las tendencias. “No tengo muy claro si esto va a ser efectivo o no”.

Al evaluar el desempeño de la exalcaldesa capitalina en el debate, Morelos indicó que logró mantener la narrativa que ha tenido durante la campaña de defensa del proyecto político de López Obrador, quien goza de una alta popularidad.

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