La III Cumbre de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) reunió en Bruselas a líderes y dignatarios de 60 países en un momento clave en la relación entre las dos regiones, que protagonizaron un encuentro calificado de exitoso aunque no exento de tropiezos.
Desde la dificultad de adoptar una postura común en la condena a la invasión rusa a Ucrania y reclamos históricos de los latinoamericanos a los europeos, hasta la celebración de eventos colaterales y condenas a la participación de Cuba, Venezuela y Nicaragua, los dos días de cumbre han estado llenos de acontecimientos.
Conformada por 33 países, la CELAC fue constituida en 2011. Entre sus principales impulsores tuvo a los entonces presidentes Hugo Chávez, de Venezuela; el argentino Néstor Kirchner y el boliviano Evo Morales.
Brasil salió del mecanismo en 2020 durante el gobierno del expresidente de derecha Jair Bolsonaro, y regresó en enero de este año, tras el regreso de Luiz Inácio Lula da Silva, para cumplir su tercer mandato al frente del país.
También lea Líderes de la UE y América Latina tratan de acercar posiciones en nueva cumbreAunque los 60 líderes de los países miembros de los dos bloques fueron invitados, los presidentes de El Salvador, México, Perú y Venezuela no asistieron y en su lugar enviaron a sus cancilleres.
Críticas de Cuba y Venezuela
Con duras palabras, el ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció una semana antes la "falta de transparencia" y la "conducta manipuladora" de la Unión Europea durante los preparativos del evento.
"La conducta de la Unión Europea pone en riesgo la posibilidad de alcanzar acuerdos finales en la cumbre", aseguró el canciller cubano a través de un video en Twitter.
Venezuela, fuerte aliado de la isla caribeña, se unió a los reclamos. La principal razón de las protestas fueron los eventos paralelos a la cumbre, en la que participarían miembros de la sociedad civil de los países invitados. La Habana y Caracas criticaron sobre todo la forma en que la UE eligió a los representantes latinoamericanos, muchos de ellos activistas de derechos humanos y opositores a sus gobiernos.
En la cumbre se “pretende llevar a cabo una serie de eventos paralelos, sin la debida coordinación con nuestros países, cuyas conclusiones pudieran ser instrumentalizadas para nutrir agendas de grupos políticos contrarios a los objetivos que nos convocan a este importante encuentro”, insistió el presidente venezolano Nicolás Maduro.
Cumbre alternativa
La llamada Cumbre de los Pueblos arrancó como evento paralelo a la cita principal y por dos días reunió a representantes de unas 160 organizaciones que protagonizaron debates y también participaron en manifestaciones frente a los edificios del Consejo Europeo y la Eurocámara, en Bruselas.
Activistas de uno y otro bando emitieron sus razones, algunos a favor y otros en contra de la presencia en la Cumbre UE-CELAC de gobiernos como el Cuba, Nicaragua y Venezuela. Además, se celebraron foros sobre temas tan variados como la descolonización, la transición energética y el desarrollo, la migración y la necesidad de sostener una relación basada en la igualdad y la no injerencia.
Presidentes de izquierda como el colombiano Gustavo Petro y el cubano Miguel Díaz-Canel, o la canciller mexicana Alicia Bárcena intervinieron en esta cita paralela, que según sus organizadores, ven a "la paz y el diálogo" como los únicos "ejes rectores" posibles en un momento de "gran estrés geopolítico".
Negociaciones paralelas sobre Venezuela
Los presidentes Emmanuel Macron; de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva; de Colombia, Gustavo Petro y de Argentina, Alberto Fernández, se reunieron en paralelo con delegaciones negociadoras del gobierno de Venezuela y la oposición, con el propósito de buscar “soluciones duraderas” a la crisis del país suramericano.
La reunión, que duró una hora y media, sirvió para "volver a aclimatar un proceso que permita que a través del diálogo entre las facciones diferentes de la sociedad venezolana se pueda llegar a un acuerdo democrático”, explicó Petro sobre el proceso de negociación instalado en México.
“Estamos dispuestos a hacer espacio para un diálogo democrático en Venezuela”, precisó el mandatario colombiano.
También lea Oposición de Venezuela pidió garantías en cara a cara con el gobierno en BruselasLa delegación de la Plataforma Unitaria Democrática en el diálogo con el gobierno en México, suspendido desde noviembre del año pasado, ratificó la “necesidad” de retomar las negociaciones y reiteró su demanda de garantías y elecciones “verdaderamente libres y competitivas”, respeto a las elecciones primarias y la “urgente” liberación de todos los presos políticos y el cese de la persecución política.
Además, la delegación del bloque opositor reiteró la necesidad de un acuerdo de garantías políticas y sociales que “permita aliviar el sufrimiento de los venezolanos”.
Se espera que en los próximos meses se repitan encuentros para abordar temas relacionados con la negociación política en Venezuela, según aseguró Macron el martes a representantes de la prensa.
UE como alternativa a China y Rusia en Latam
La III Cumbre entre la UE y la CELAC se celebró con la aspiración de reforzar y modernizar la relación bilateral de las dos regiones, además de estrechar la cooperación en un escenario que ha cambiado desde 2015, la fecha de la última cita de este tipo.
Para los líderes europeos ahora destaca como prioridad probar su valía como socios potentes frente a la creciente influencia de Rusia y sobre todo de China en Latinoamérica.
También lea La UE busca reavivar lazos con Latinoamérica y el Caribe, alejándose de China y Rusia"El mundo en el que vivimos es más competitivo y conflictivo que nunca. Todavía tambaleándose por el alto precio de la pandemia de COVID-19, el mundo está sufriendo un duro impacto por la agresión rusa contra Ucrania", dijo este lunes la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen.
Von der Leyen agregó que "esto sucede en el contexto de la creciente asertividad de China en el extranjero" y adelantó que la UE planea una inversión de 45.000 millones de euros en la región dentro de su programa Global Gateway, visto como un rival del esquema chino de inversiones en infraestructura de la Ruta de la Seda.
Invertir en el desarrollo sostenible
Dentro del Global Gateway, la UE quiere apoyar a Latinoamérica y el Caribe en el desarrollo de infraestructura para la transición digital y el desarrollo de políticas verdes, además de invertir en campos vitales como el transporte, la energía, la salud y la educación.
Dentro de esta III Cumbre el bloque firmó con Chile un memorando de entendimiento para la cooperación en el área de materias primas "críticas" para el desarrollo de energías limpias y la transición digital de ambas partes.
"Compartiremos conocimientos, promoveremos habilidades, respetaremos los más altos estándares ambientales", aseguró Úrsula von der Leyen, quien presenció la firma junto al presidente chileno, Gabriel Boric.
En la declaración final de la cita, los firmantes insistieron en la "la importancia de cumplir el compromiso adquirido conjuntamente por los países desarrollados de movilizar con celeridad 100.000 millones USD al año para financiar la lucha contra el cambio climático en apoyo de los países en desarrollo, y de duplicar la financiación para la adaptación al cambio climático de aquí a 2025".
El BID apuesta por estrategia europea con Latinoamérica
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, ve clave la apuesta de inversión de la Unión Europea en Latinoamérica que ayudará a reforzar los objetivos del banco regional en temas cruciales como el cambio climático, la preservación de biodiversidad y la inseguridad alimentaria.
El titular del organismo multilateral dijo este martes en Bruselas –concluida la reunión del viejo continente con los presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)- que la apuesta europea “revitalizará los lazos políticos y económicos” cuando a la región se la ve como “clave” para la transición a energías limpias; en la actualidad el 30 % del suministro de energía en Latinoamérica proviene de fuentes renovables.
El titular del BID cree que “trabajando más estrechamente, los sectores público y privado de Europa y de nuestra región pueden convertir esta oportunidad en una realidad (…) Esta inversión beneficia, no sólo a América Latina y el Caribe, sino también a la Unión Europea, en un momento de muchas prioridades compartidas”, apuntó Goldfajn.
Ucrania como reto para lograr unanimidad
La posición en contra de la guerra de Rusia en Ucrania fue el tema sobre el que más le costó ponerse de acuerdo a los participantes en la cumbre.
Mientras el bloque europeo condena inequívocamente la invasión de Moscú a territorio ucraniano casi a diario, países de la CELAC como Cuba, Venezuela y Nicaragua son fuertes aliados políticos y económicos del presidente ruso Vladimir Putin.
La UE esperaba una fuerte declaración contra Rusia, el presidente temporal de la CELAC, el premier de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, señaló que la cita no debía convertirse "en otro inútil campo de batalla para los discursos en este tema, el cual ha sido y sigue siendo abordado en otros foros más relevantes”.
También lea Diferencias sobre Ucrania dividen a una cumbre UE-Latinoamérica que debía ser una celebraciónFinalmente, en la declaración final, las partes expresaron su "profunda preocupación" por el conflicto en Ucrania que "sigue causando un inmenso sufrimiento humano y está agravando debilidades ya existentes en la economía mundial" por lo que apoyan "la necesidad de una paz justa y duradera" y respaldan la Iniciativa de Granos del Mar Negro, detenida ahora por Rusia.
En un aparte al final, se aclara que un país miembro no firmó el texto debido a que no estaba de acuerdo con uno de sus puntos, sin especificar el nombre. Nicaragua fue la única nación que se mantuvo en contra de un pronunciamiento en contra de Rusia al final de las negociaciones.
A pesar de eso, el primer ministro interino de Países Bajos, Mark Rutte, consideró que la cumbre fue "todo un éxito" al insistir en que lograr una posición unánime entre 60 países era muy difícil.
[Con la colaboración de los periodistas de la VOA Carolina Alcalde y Tomás Guevara, e información de Reuters y The Associated Press]
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