Ejercer el periodismo en México sigue suponiendo un gran riesgo y no solo lo dicen las cifras, también los profesionales.
“Estaba en un evento de entrega de útiles escolares en una escuela primaria, cuando en las afueras de la escuela se suscitó una balacera”, contó Renato Sandoval Zamudio, de la Plataforma Informativa CDMX, a la Voz de América.
Y es que, como dice Jorge Alberto Peralta, de Reporte Noticias, “bastantes compañeros que lamentablemente, pues desaparecieron”.
“Salimos a la calle, ahora sí con el Jesús en la boca, y pensando siempre en la familia, regresar”, agrega el periodista.
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Zamudio dijo a la VOA que en Reynosa, una ciudad del Estado de Tamaulipas ubicado en el Noreste de México, por ejemplo, los tienen ubicados: "saben quiénes somos, nos ven todos los días en la calle”.
“Los presuntos delincuentes que hay andan armados, nos apuntan con sus armas, nos tiran al suelo, nos hincan”, agregó Peralta.
Según la organización Reporteros sin Fronteras, el 20% de los asesinatos a periodistas en el mundo durante el año pasado, ocurrieron en México.
Las intimidaciones, según los testimonios, no provienen sólo del crimen organizado, pueden llegar por diferentes vías: “Corremos siempre el riesgo de que los malos, o incluso hasta el ejército mexicano, la policía estatal, nos impida realizar nuestro trabajo”, asegura Peralta.
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Según un informe de la organización Artículo 19, en México se registra una agresión contra periodistas o medios de comunicación cada 12 horas. Los principales agresores son agentes del Estado, quienes cometieron el 37,3% de las agresiones.
El informe señala que Ciudad de México es el estado con más agresiones a periodistas (64), seguido por Tamaulipas (23), Quintana Roo (23), Puebla (22) y Guerrero (21), donde vivía Jonathan.
Artículo 19 también destacaba en su informe, publicado en agosto, que la coyuntura electoral es la principal cobertura de riesgo, pues integrantes de partidos políticos atacaron a la prensa en 56 ocasiones.
Por otro lado, se encuentra la cuestión sanitaria, que según reporta la organización, el año pasado, una de cada ocho agresiones estaba vinculada con las coberturas de la pandemia.
Lo periodistas indican que, ante los riesgos y las amenazas, responden con firmeza y determinación para que sus voces no sean acalladas.
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