En una ampliación de la investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016, el fiscal especial Robert Mueller, ordenó a la Organización Trump que presente documentos, incluyendo algunos relacionados con Rusia, según reportó el jueves el New York Times, que citó a dos personas conocedoras de la situación.
No quedó inmediatamente claro el alcance de los registros que Mueller busca, pero el Times informó que el requerimiento fue entregado en las últimas semanas a la Organización Trump que tiene como sede Nueva York.
La búsqueda de Mueller parece acercar la investigación al propio Trump, más allá de la gama de asesores de la campañas electoral que Mueller ya ha imputado o de los que ya ha obtenido admisiones de culpabilidad y que estuvieron vinculadas de una forma u otra con la exitosa candidatura de Trump a la presidencia.
Trump había advertido que Mueller cruzaría una "línea roja" si comenzaba a investigar las operaciones comerciales de la familia más allá de cualquier relación con Rusia.
Alan S. Futerfas, abogado de la Organización Trump, dijo: "Desde julio de 2017, hemos informado al público que la Organización Trump coopera plenamente con todas las investigaciones, incluido el Fiscal Especial, y está respondiendo a sus solicitudes. Estas son noticias viejas y nuestra asistencia y cooperación con las diversas investigaciones sigue siendo la misma hoy".
En las últimas semanas los investigadores de Mueller parecen estar enfocados en el papel que jugó el dinero en las operaciones políticas de Trump cuando el magnate multimillonario se apartó de las operaciones de su vasto negocio inmobiliario y de su red secundaria de negocios en los que ofrecía ropa, vinos, filetes y más, para lanzarse por primera vez a la política.
En un aspecto de la investigación, los investigadores de Mueller han cuestionado recientemente a un asesor de los Emiratos Árabes Unidos sobre el flujo de dinero emiratí a Estados Unidos.
Mueller también imputó a 13 rusos y tres entidades rusas por cargos de intromisión en las elecciones estadounidenses, acusándolos de sembrar la discordia en EE.UU. a través del internet y las redes sociales, con una serie de noticias falsas y comentarios sobre polémicos problemas estadounidenses en los meses previos a las elecciones de 2016. El jueves, el Departamento del Tesoro impuso sanciones a dos docenas de personas y entidades rusas por los ciberataques vinculados a las elecciones estadounidenses y otras actividades maliciosas en el internet.
Trump decidió ignorar las recomendaciones de deshacerse de sus propiedades comerciales para evitar conflictos de interés con las decisiones gubernamentales que tomaría cuando asumiera el poder en enero de 2017. En cambio, optó por entregar la gestión diaria de la Organización Trump a sus dos hijos mayores, Donald Trump, Jr. y Eric Trump, y otros funcionarios de la compañía, pero conservando la propiedad de sus operaciones comerciales en todo el mundo.
Si bien la Casa Blanca repetidamente ha dicho que está cooperando con Mueller en la entrega de documentos de campaña y otra información que los investigadores han buscado, Trump a menudo ha ridiculizado la idea de que su campaña coludió con los intereses rusos para ayudarlo a ganar. Ha calificado las investigaciones sobre cualquier conexión rusa con su campaña como una "caza de brujas" empleada por los demócratas de la oposición para explicar la victoria de Trump sobre la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Con este escenario Rusia y el presidente Putin también enfrentan otros frentes conflictivos. Ese el caso del atentado contra un ex espía ruso en Gran Bretaña que motivó la condena de varios líderes mundiales.
Para poner estos temas en contexto, la Voz de América entrevistó al licenciado en Relaciones Internacionales, Paulo Botta, coordinador del programa Euroasia en la Universidad de La Plata en Argentina.
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Las relaciones entre Gran Bretaña y Rusia cayeron esta semana a su nivel más bajo desde la Guerra Fría después que la primera ministra Theresa May ordenó la expulsión de 23 diplomáticos rusos, suspendió los contactos de alto nivel con Moscú y anunció acciones abiertas y encubiertas contra la intromisión del Kremlin a causa del envenenamiento del ex espía ruso Sergei Skripal.
Rusia afirmó que responderá pronto contra lo que describió como las medidas “rudimentarias” y “hostiles” de Gran Bretaña.