La deportación del joven hondureño Javier Castillo Maradiaga se mantenía en vilo después de que su familia pudo conocer que no llegó a su país natal en un vuelo comercial desde EE.UU. que llegó Tegucigalpa este viernes.
Castillo es un hondureño que llegó a Estados Unidos cuando tenía 7 años, fue detenido mientras cruzaba la frontera, por lo que recibió una orden de deportación a los 9 años, pero confiaba en ampararse en un decreto de la Casa Blanca que suspendía las deportaciones de inmigrantes indocumentados por 100 días.
Sin embargo, una orden de un juez que bloqueó la medida esta semana ha puesto al joven de 27 años en peligro de ser deportado a un país que no conoce.
Su familia atraviesa una gran incertidumbre porque no existen mecanismos para conocer cuál es su situación en manos de la agencia de inmigración. Las comunicaciones con él, señalan, son limitadas y se hacen a través de llamadas de cobro desde el centro de detención. En repetidas ocasiones ha fallado la conexión.
Su hermana Dariela Moncada Madariaga dijo a la Voz de América que en una ocasión el cobro fue de 70 dólares, que fueron ajustados a 4 dólares pues la llamada no se pudo llevar a cabo.
El jueves recibió una de esas llamadas, desde Luisiana.
“Esta es una llamada de cortesía de 20 segundos”, relató Dariela “Luego él me dijo: Me tienen en el mismo lugar que antes y se cortó”.
También lea El joven hondureño que evitó la deportación gracias al decreto de BidenGracias a información de la cancillería de Honduras se conoce que Javier no iba en el vuelo comercial de la madrugada del viernes, que hubiera sellado su deportación. Ahora todo está pendiente hasta la próxima semana, pues los procedimientos la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), son los lunes, miércoles y viernes.
La abogada de inmigración Claudia Bernal argumentó que la agencia tiene discreción sobre el caso.
"La deportación de este muchacho se ha detenido por una cuestión de presión del público, pero también porque ellos, ICE, tienen la facultad de ejercer discreción, tienen la facultad de suspender esta deportación aun cuando exista una orden temporal de un juez en la corte federal de Texas”, explicó Bernal.
“Mi familia es casi como cualquier otra familia ciudadana estadounidense"
Naomi, sobrina de Javier Castillo Madariaga
La VOA habló este viernes con Naomi, sobrina de Javier, de 11 años, quien dijo que está a la expectativa de noticias de su tío preferido.
“Mi familia es casi como cualquier otra familia ciudadana estadounidense y el riesgo de que lo deporten en cualquier momento a veces me asusta”, dijo la niña.
Según cuenta la familia, ya se han presentado mociones de emergencia ante la corte de inmigración, pero un supuesto pago en mora de 150 dólares al ICE ha sido la razón para que su libertad no sea recuperada.
Consultado por la Voz de América, el ICE evitó comentar el caso, pero aseguró en un comunicado que la agencia "está cumpliendo el bloqueo temporal" dictado por los tribunales.