En su primera visita oficial a Estados Unidos, la líder de la oposición en Bielorrusia, Sviatlana Tsikhanouskaya, aspira a alentar a Washington a dar pasos para respaldar a los activistas democráticos y grupos de la sociedad civil en su país.
“Pido a Estados Unidos que esté con nosotros”, dijo en una entrevista con la Voz de América. “Eso es muy importante cuando un régimen está destruyendo todo en Bielorrusia, destruyendo los medios de prensa, destruyendo todas las organizaciones. Es extremadamente importante apoyar a esas personas”.
A su llegada, Tsikhanouskaya celebró un acto con sus partidarios en la Plaza de la Libertad en Washington D.C. Ahora tiene programado reuniones en el Departamento de Estado, la Casa Blanca, con miembros del Congreso y con la administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Samantha Power.
“Quiero que Estados Unidos mantenga a Bielorrusia en la agenda. Mi propósito principal es hablar sobre Bielorrusia, sobre la situación, sobre la escalada de violencia de parte del régimen”.
Tsikhanouskaya tuvo que salir de Bielorrusia con sus dos hijos pequeños tras la brutal represión contra manifestantes pacíficos después de una disputada elección el 9 de agosto del año pasado, donde el presidente Alexander Lukashenko se proclamó ganador para un sexto término consecutivo.
Uno de los asuntos más importantes para la democracia en Bielorrusia, y personalmente para Tsikhanouskaya, es la liberación de más de 500 prisioneros políticos arrestados por las autoridades durante la represión. Su esposo Siarhei es uno de ellos.
“La única salida, como liberar a los prisioneros, es ejercer presión política y económica (sobre el gobierno de Bielorrusia). Estoy segura de que eso va a suceder pronto”.
Los observadores dicen la visita será observada cuidadosamente por el presidente ruso, Vladimir Putin, quien quiere continuar ejerciendo una influencia mayor en la situación de su vecina Bielorrusia.
También lea ¿Quién es Alexander Lukashenko? ¿Por qué protestan los bielorrusos?“No desea necesariamente ver la caída de un colega autócrata, a quien percibe como parte de su esfera de influencia y tampoco la emergencia de democracias en la frontera rusa”, dijo Jonathan Katz, del centro de estudios de política alemán Marshall Fund.
Algunos dentro de la clase política de Estados Unidos creen que pudiera haber una oportunidad de tratar de hace que Lukashenko luzca menos atractivo a Moscú.
“Desde hace un tiempo la relación entre Rusia y Bielorrusia no ha sido tan fluida”, dijo el senador demócrata estadounidense Ben Cardin.
Los legisladores consideran que incrementar la presión política y económica sobre Lukashenko podría debilitarlo y convertirlo en algo muy costoso para respaldar, incluso para aliados como Putin.
“De modo que lo que hace falta cambiar es que haya que pagar más por (Lukashenko). Eso significa duplicar las sanciones”, dijo Cardin.
Estados Unidos, la Unión Europea y otros países emitieron sanciones contra el régimen bielorruso a finales de junio, pero la sociedad civil y las organizaciones de prensa en Bielorrusia fueron blancos de otra ola de arrestos arbitrarios y detenciones la semana pasada.
“Supongo que el régimen liberará a los prisioneros políticos cuando sienta el peso de la presión política y económica”, dijo Tsikhanouskaya.
La opositora señaló que “por muchos años meses se ha tratado de apelar al régimen a niveles diplomáticos, a través de diferentes organizaciones y de solidaridad en todo el mundo, pero el régimen no pareció escucharlos. La única forma de lograr la libertad de los prisioneros políticos es con presiones políticas y económicas”.
[Este artículo de Igor Tsikhanenka fue originalmente publicado por VOA News]
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