El número total de niños migrantes detenidos ha aumentado a un nivel que jamás se ha registrado según un informe del diario The New York Times.
Si bien, después de cruzar la frontera, los niños han sido liberados por orden judicial, dice el Times, que los niveles de población en refugios contraídos, por el gobierno federal, ha aumentado más de cinco veces desde el verano pasado, alcanzando un total de 12.800 este mes. Había 2.400 de esos niños bajo custodia en mayo de 2017.
Según datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos, el aumento podría ser debido a que hay una reducción en la cantidad de niños que son liberados para vivir con familias, más no al número de pequeños que ingresan al país.
El sistema, dicen aquellos que trabajan en la red de refugios, está forzando tanto a los niños como al sistema que los cuida. La mayoría de los niños cruzaron la frontera solos, sin sus padres. El Times afirma que “muchos son adolescentes de América Central y están alojados en un sistema de más de 100 refugios en todo Estados Unidos, con la mayor concentración cerca de la frontera suroeste”.
También dice que el número de niños que cruzan la frontera es el mismo de años atrás, a pesar de que el gobierno estadounidense ha trabajado constantemente para disminuir la migración de centroamericanos. La diferencia básicamente está representada en “la burocracia y el temor, provocados por una aplicación más estricta de la inmigración que han desanimado a familiares y amigos de la familia de venir a patrocinar a los niños”, informa el Times, basado en información de personas familiarizadas con el sistema de refugios.
Hace un año, indica el informe, las capacidades del refugio estaban en un 30 por ciento; desde mayo, han oscilado cerca del 90 por ciento. Es así que, si se llegara a presentar un aumento de cruce en las fronteras, los operadores afirmaron que el sistema podría abrumarse o colapsar.
Mark Greenberg, quien supervisó el cuidado de niños migrantes para el Departamento de Salud y Servicios Humanos bajo la presidencia de Barack Obama y fue citado por el diario estadounidense, dijo que "Cuanto más cerca estén del 100 por ciento, menos capacidad tendrán para abordar algo imprevisto”. "Incluso, si no hay una afluencia repentina, se quedarán sin capacidad pronto a menos que algo cambie", añadió.
El martes, la administración anunció triplicar el tamaño de las campañas en Tornillo, Texas, para albergar hasta 3.800 niños hasta el final del año, pero, dice diario, que los defensores de los inmigrantes y miembros del Congreso reaccionaron, ya que las condiciones son bastante duras en comparación con los refugios tradicionales. Incluso, son costosas.
Rosa DeLauro de Connecticut, representante demócrata de la Subcomisión de Asignaciones de la Cámara de Representantes que financia el programa de refugios dice que “tales instalaciones cuestan alrededor de $ 750 por niño por día, o tres veces la cantidad de un refugio típico”, cita The New York Times: "Estás yendo en contra del bienestar infantil, y lo estamos haciendo por diseño", dijo DeLauro. "Aumentas el costo y prolongas el trauma en estos niños".
Las autoridades federales también afirmaron, según el diario, que están trabajando con las solicitudes de asilo y cruces ilegales en la frontera, pues el sistema se ve afectado, por ejemplo, con la llegada de niños extranjeros solos.
El informe del diario estadounidense dice que a pesar de que en el verano, 2.500 niños fueron separados de sus padres y se alojaron en albergues del gobierno federal, “bajo la política de tolerancia cero de la frontera de la administración Trump”, esto es solo una parte del total de los pequeños que están detenidos actualmente.
Los niños que llegan solos, generalmente, son amparados por una familia cercana o amigos, mientras se valora el tema de sus patrocinadores. No obstante, el sistema se ha desacelerado y, en parte, publica el Times, se debe a las demoras en la verificación de los patrocinadores, "lo cual está relacionado con los cambios que la administración de Trump ha realizado en la forma en que funciona el proceso".
Las personas que acogerán a los niños deben presentar sus huellas dactilares, pero si están indocumentados, prefieren no arriesgarse. Estos procedimientos, dicen la autoridades, son para salvaguardar y proteger a los menores.