El Congreso no ha reformado las leyes de inmigración. Pero el presidente ha firmado decenas de órdenes ejecutivas con las que, sin cambiar las leyes, puede cambiar la reglamentación. De esa forma ha instaurado la política llamada "permanecer en México, que obliga a esperar en ese país por una respuesta a una solicitud de asilo, y varias otras políticas migratorias.