En las dos últimas dos semanas, aproximadamente 900 personas han muerto de COVID-19 en Estados Unidos. El recuento de casos se ha estancado en aproximadamente 20,000 por día. Eso está por debajo del pico registrado a mediados de abril, cuando más de 2,000 morían y más de 30,000 daban positivo cada día.
Pero el progreso en el control de la epidemia se ha estancado.