El reforzamiento de las barreras, tanto de alambres como de boyas, a lo largo dl río Grande, en la frontera entre Texas y México, ha aumentado el temor de quienes llegan desde distintos puntos al paso fronterizo con la intención de ingresar a Estados Unidos.
“Es duro, es duro, porque también con una criatura es duro subirse pues”, dijo Érika, una migrante ecuatoriana, a la Voz de América.
La reciente decisión del gobernador Greg Abbott de instalar los obstáculos flotantes en el río busca poner freno a la migración irregular, pero esta medida no solo es considerada "ofensiva" por la Administración Biden, como llegó a decir el embajador de EEUU ante México, Ken Salazar, si no que además hace temer por las vidas de quienes buscan cruzar la frontera por "el bien" de sus hijos.
“Eso es muy peligroso para uno, para el bebé, más es por él. Uno aguanta pero el niño no. Es muy duro subirse con un bebé ahí sola. Yo soy madre soltera y estoy con mi bebé”, señaló agregó Erika. “Tienen que ver que si uno pasa es por el bien y el beneficio de nuestros hijos”.
Algunas organizaciones han pedido al gobernador Abbott, republicano, el cese de las medidas.
“Anteriormente ya había construido su muro fronterizo, ya quiere construir más muros fronterizos texanos, quiere aplicar la ley de migración en Texas, lo cual es ilegal porque la ley de migración fronteriza es una cuestión federal”, dijo a la VOA Fernando García, de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos.
Recientemente el embajador Salazar presentó su queja por la medida gubernamental del estado tejano y sostuvo que va en contra de las leyes federales.
“Lo hallamos ofensivo, por eso el Departamento de Justicia ya estamos en las cortes porque se nos parece que lo que hizo el Gobernador de Texas es ilegal”, indicó el diplomático.
El gobierno federal interpuso una demanda en contra del estado de Texas para que retire las boyas desplegadas en el río Grande. Pero el reclamo también incluye los kilómetros de vallas en la frontera terrestre.
La Casa Blanca informó esta semana sobre la disminución de los cruces ilegales, teniendo en cuenta el fin del Título 42 en mayo pasado.
Las autoridades fronterizas informaron haber devuelto por la frontera terrestre hacia México a 85.000 personas de 115 países, entre ellos a 4.000 procedentes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití, dijo el viernes un alto funcionario del departamento de Seguridad Nacional.